miércoles, 1 de julio de 2009

LA CONDENA


Fúnebre es la esperanza
de esos besos malditos por la noche,
caricia efusiva y lejana que roza
esa amarga sábana blanca
y esa absurda cama barata.

Asco perdido en el encanto,
rodeado de tinieblas,
devorado por pasión
cinismo y mentira,
tocando la ocasión.

Y el espejo fijo en la pared
refleja esas ávidas sonrisas
que sólo dos imbéciles delinean
en la partida de la noche,
cuando ya no son gente, sino brisa.

Rabia infinita se asoma
cuando al verse las caras
la magia negra se desmorona,
y sucede que ya no se tocan
pues la función vale pocas horas.

Ella limpia su sucia piel
y él, con paso pecaminoso
camina silente,
y volverá cuando el sol no caliente
mientras llora esos labios penosos.

2 comentarios: