martes, 23 de marzo de 2010

LUNA NEGRA

Luna negra
Qué gloriosa reposas
Sobre tu negrura
Aluzando a los noctámbulos,
A los amantes de tu claridad en la noche.

Tus formas indefinibles
Plasman agonía visible
Alegres se pasan en escena
Cuando te veo, te leo,
Y siento tus amargos dolores.

A veces siento que te comprendo
Aunque no sepa qué estamos haciendo
Cuando cae la turbia noche,
Engalanando pasos aventurados
Fantasiosos, preciosos acordes.

Pero luego me invade el desespero
No lo crees, sí lo crees,
Deshojas una margarita en el intento
Y te esquivas de la noche,
Vuelves a la realidad.

Eso me carcome,
Porque yo lo creo verdadero
Pecado megalomaníaco, quizás
(por favor, no te vayas a equivocar
al aplicar el término).

Juego con mi afecto
Mi más profundo sentimiento
Cuando te observo,
Y cuando te veo mirarme,
Aunque no me puedas palpar.

Trasciendo en esos momentos
No te lo puedes imaginar...
Pero es la verdad.
Te conviertes en mi melodía no funesta
Gloriosa de júbilo e hilaridad.

Me invade el entusiasmo
De estar a tu lado
En esos tortuosos momentos
En los que gritas aterrada
Que no sabes qué hacer.

Y comienza el miedo
Que es la base de la locura
A recorrer cada una de tus venas
Rojas, ensangrentadas, que tienes
En el instante en el que sientes que caes.

Ay qué suplicio
Estar lejos de ti
Sintiendo tu mismo dolor,
Y te veo y me ves,
Qué más dá?

Entre conflictos internos
Me ando yo ahora,
Al verte desconsolada
Arrancándote los pelos que no tienes.

Quisiera ayudarte
Así eso implique no mirarte
Sólo di,
Yo lo sabré comprender
Pero me gustaría fueras feliz.

Porque has mutado
Lo noto cuando te veo,
Me has hechizado,
Para tu desgracia, o no,
A saber...
Pero así es.

Tengo ganas de quebrar las estrellas
Y arrancarte del firmamento,
Crear un gran mundo
O buscarlo, (tal vez sea lo mejor)
En el que se una el lazo, y podamos estar tú y yo.

Porque te veo en mis sueños
y aunque sean meras pesadillas,
siento que una noche de mortales nos espera.
y mientras el tiempo se hace eterno,
yo voy guardando cada una de tus miradas,
noche tras noche,
día tras día,
cada vez que te veo en el firmamento.


Nunca sufrirás sola.

domingo, 21 de marzo de 2010

Epístola de Execración.

Perdóname por nacer
Sé que te angustia
Te hiere e irrita,
... Maltrato seguro al corazón.

Perdóname por reír
Te duele mi felicidad,
Lo sé,
Más no reniego mi verdad.

Perdóname por no querer
Siento que te duelen los pies
A veces me detengo,
Sin saber cómo comenzar a correr.

Perdóname mi actual vida
Jamás me la imaginé,
Ahora envuelta en la sombría de mi alma,
Sé que te duele haberme visto nacer.

Perdóname la sonrisa
La pétrea alegría
Que a ratos sentí darte
... No, no lo digas más, sí que te la dí.

Perdóname el susurro nocturno
De medianoche, de ocaso, lo que sea,
Da igual si no te llegó,
No era lo que pretendía, lo juro.

Perdóname el momento esquizo,
De la primera vez, no sé,
De la segunda, tal vez...
El síntoma paranoide me invadió.

Perdóname contigo,
O estando sin ti
Aún no me lo explico,
Sólo sé que quiero morir.

Y, para que no sea larga la espera,
del si me quedo, del si me voy...
sólo quiero dejarte el recuerdo,
de esos momentos escasos que apenas fueron,
mí sufrimiento no permitió poder aclarar palabras,
porque me dio miedo,
y quizá ya es tarde para quererlo evitar,

Adiós.

domingo, 14 de marzo de 2010

La esperanza...



De recitar versos nuestros o de Pizarnik en un prado
Cubiertos por la sombra de un gran árbol,
O en el banco de una plaza, da igual.

De amanecer entre risas y sonrisas
Acompañados de un reloj de arena
Que bien sabremos que expirará en poco tiempo.

De aprender a jugar con los residuos de lo que tú sabes,
En una larga noche y hasta más no poder.

De intercambiar líneas de pensamiento
Junto a nuestros más profundos sentimientos,
De humanos, errados humanos camino a la divinidad.

De cantar Everyday Now de Texas
A la luz de las velas
Y con un par de copas rebosadas de vino de Mendoza.

De sobrentender que nuestra vida juntos, y a momentos certeros es corta,
Cortosísima, es más,
Y entregarlo todo en un espacio reducido de penas, lleno de felicidad.

De no olvidar jamás las cosas que aún no son,
Pero que serán, porque sé que tarde o temprano,
Sé que en cualquier momento será.

De vagar juntos por las calles de la fúrica ciudad,
o aquí o allá, donde sea que sea,
Buscando unos gramos más de nuestro común bienestar.

De compartir como amigos, ácratas compañeros,
Que siguen el mismo fin, y buscan con crítica la anarquía mundial.

De bailar canciones de Sinatra
A oscuras, en la magnificencia de la noche,
Como dos locos ajenos a toda razón.

De buscar la playa más próxima a la ciudad
Porque ambos querremos visitar juntos al mar,
A nuestro bien compartido y respetado mar.

De coger el tren, aunque no sea el Expreso Oriente,
Para decifrar una crónica policial,
Pero para sí vagar a destinos desconocidos.

De darnos un abrazo de vez en cuando
Y sentir que aún seguimos amando a soledad,
Pero también que no estamos solos.

De pasarnos el humo de boca a boca
Y renacer

... Con un solo beso.

No pierdo las esperanzas.
Siniestra Nostram.

sábado, 13 de marzo de 2010

CASTIGO

Caminos que hartos no saben qué decir
para librarse del error del envenenamiento.
Señales sin sentido que vagan por doquier
para hacerse visibles en la atmósfera vidente.

Adormecida pena en la condenada fémina.
Ella no se da cuenta,
pero peca, y peca tanto que la sociedad falló
en contra de su ambigua presencia.

Oh, qué logros callejeros te has inventado
oh, qué cruda es tu vergüenza.
Alargadas y equívocas manos tienes,
manos que se extienden por la desacertada absolución
de tus sueños efímeros, fémina.

Mortificación.

Castigo bien merecido
al mérito que te apremia,
no me digas que no lo sabes,
aterradora doncella.

Basta de transitar en mundos violetas,
tienes que quedarte estática
en tu mal llamada condena,
ensuciando tu nombre,
hasta que te harte la conciencia.

Hasta que me ahíte la conciencia.

Ídem.

Vendrán tiempos de sobra
y de zozobra a mi vida.
No sé cómo escapar
de los lomos de arena
que caen junto al tiempo
avasallando mi estólida realidad.

Caminos perdidos y violentos
eran a los que me aferraba atrás,
recién atrás.
Jé, faldas negras ametralladoras
sí, de mi sustantividad.

Cómo querer regañar al universo
por permitirle el don del encadenamiento
a mis continuos pasos vagabundos,
trashumantes, sí y sí,
dentro de mi espacio rosa de felicidad.

¿Para qué querer florecer?
Sé lo que sucederá
porque siempre, en pocas o muchas veces,
ha sobrevenido lo mismo:

La rosa expulsa su belleza
y comienza a marchitarse
en su reino perdido de grandeza
exhalando su miseria
y de nuevo,
por sí misma es tirada
al foso del abandono existencial.

jueves, 11 de marzo de 2010

EN MIS DÍAS

Río de alegría, de dolor, me exacerbo,
gano arrugas mientras no duermo.
Algunos se preguntarán
a qué se debe mi conducta asocial,
imagino que sabrán
que mientras no duermo... vivo,
y mientras vivo... enloquezco.

Observo los movimientos
cotidianos de ciudad
mientras que me asiento
en la más sombría soledad,
no sólo de mi ser,
sino de mis aposentos.

Y ahí es cuando me detengo,
y no sé por qué,
pero extrañamente te pienso.

Y vuelvo a imaginar,
mi vida en la tierra,
mi tortura en el corazón,
no lo niego, no, no,
las ganas de correr inundan mi ser
hundidas en la más cruda interrogación,
porque no estás en mis pasos,
Porque sinuoso te vas
y lejos de mí, te acercas a mí,
me encadenas a ti,
y surge el mortal elixir del revitalizar
cada una de esas líneas muertas
o vivas, quizás,
que cada día me trastornan,
me alegran el día, me apresan,
y,
me hacen delirar, de verdad.

Vuelvo a caer en el laberinto sin salida
ese en el que siempre te andas
haciendo las cosas bien
y a veces mal,
para reír o fracasar.

Sabes esconder la luna
y la sabes regalar.
Pero cuando te pienso
Ansío nunca sentir miedo,
este nerviosismo congénito
que se me genera cuando me hablas.

Lo sé, es curioso, es hermoso, hermoso;
no es nada malo, es habitual
en entes como yo, quizás,
pero siento que deliro, no,
alucino, leyendo, sí,
tu vida, la mía.
Qué más da?
No te debe doler la cabeza,
normal, normal.

-Alucinación o alucinación?
-Alucinación.
-Sí, lo sabía.