jueves, 27 de enero de 2011

ADIÓS

Me quito del medio porque agoté todo recuerdo
que reverberara aquellos besos pretéritos
que me hicieron sentir lo sublime de tu pasión,
porque ya no hay comedia ni tragedia
que adornen cualquier bastarda situación
en las que siempre estuvimos inmiscuidos tú y yo.
Me quito, porque me apetece buscar nuevas bocas
que motiven a mi cuerpo a entrar en acción,
sin sentirte moldeando mis contornos
cual artesano amando su vasija de barro,
sin duende de medianoche que me acompañe
en la soledad de cada uno de mis pasos
buscando refugio a la desolación.
Hoy sólo comprendo que necesito lunas que no estén rotas
y que siempre apunten su claro a mi ventana con suma precisión;
por eso, abjurados están hoy
cada uno de los deseos que tuve contigo,
tachada está la mortífera vida a tu lado que me hizo Sémele,
porque tu papel de Zeus se acabó.
Quizá con el tiempo me habré convertido en otra diosa
un poco menos impertinente en cuestiones del amor,
o puede que mis emociones queden selladas
en un sheni egipcio que me prive de toda vergüenza,
y transforme mis poros en un pozo impúdico de escarnio
listo para florecer en el rojo fúnebre de eterna concupiscencia,
hasta consumar su grado máximo de aberración;
pero ya pienso que el tiempo fue suficiente entre los dos.
Por eso hoy, luego de muertos los lazos en la hoguera
y magnificadas las compulsiones y obsesiones
de ésta pueril doncella,
hoy... Te digo adiós.

29/10/2.010.

5 comentarios:

  1. ¿Recuerdas cómo latía el corazón del anciano en El Corazón Delator? Se hacía más y más fuerte el sonido, desgarrándole los oídos al nieto del anciano. ¿Podías oírlos? ¡¿Podías oírlos?!

    ¿Recuerdas en La Llamada de Cthulhu cuando los policías fueron a apresar a los integrantes de una desconocida secta en lo profundo del bosque? ¿Podías sentir el estremecimiento de los policías cuando vieron aquella escena orgíastica y demoníaca? ¿Oías el palpitar de sus corazones? ¡¿Los oías?!

    La vida habla en los latidos. Es un lenguaje recepcionado por la sangre, por la piel, por la pasión.

    Tu poesía es como una majestuosa catedral. ¿Pero has sentido la ausencia de vida que hay dentro de ella? Es belleza congelada.

    ¿Podrías hacer latir un poema? Si lo haces, tú también estarás latiendo.

    El de trenzas hermosas.

    ResponderEliminar
  2. "... listo para florecer en el rojo fúnebre de eterna concupiscencia, hasta consumar su grado máximo de aberración".

    Tú lo has dicho, gothic girl. Cuídate. Recuerda hacer que tus letras palpiten, sólo eso te falta.


    Lucky Man - Emerson Lake & Palmer

    ResponderEliminar
  3. Sí, el de lindas trenzas, recuerdo las dos escenas... Dos que glorifican "(...) el ahogado sonido que brota del fondo del alma cuando el espanto la sobrecoge.", sí.

    Palabras que brotan de un pecho de sirena muerta, quizá porque es lo que me ha tocado ser. Pero haré el intento de hacer latir alguno de mis intentos fallidos de poemas; cómo no he de hacerlo, luego de tales palabras, sinceras y bellas.

    Gracias por comentar y por regalarle a mi plectro un poco de luz, de esperanza.

    Cuídate tú también, pero no mucho, (cuestión de extremos.)

    Espero leerte pronto.
    Siniestra.

    ResponderEliminar
  4. No llores niña, no llores;
    pero, ya que sabes hacerlo,
    exprime los pliegues más profundos
    y oscuros de tu alma.
    Saca de allí esos versos buscando la de la estrellas.
    Ellos tendrán su tiempo en el futuro,
    y el tic tac del reloj
    en otros aposentos.
    Las figuras volverán a ser hermosas,
    y habrá otros dioses, o quizá los mismos...
    y del verbo podrido;
    al igual que del viejo olmo,
    brotarán nuevos tallos.

    (Tu Nereo)

    ResponderEliminar
  5. Ah! Ya ves... se me olvidó poner la "Luz" al verso.
    Ponla tú allí donde corresponda. A ver si lo adivinas... Adiós, Siniestra.

    ResponderEliminar