lunes, 23 de mayo de 2011

SENTENCIA

Por sentirme inútil
el Dios lanzó el rayo,
hizo sonar el trueno
y me sentenció.

Por mi disforia de estos días
acumulada con negligencia
durante mi estadía en la vida,
él me destruyó.

Yo, que de amores pocos,
yo, tan desconocedora de todo,
una vez le pedí me explicara
cómo funcionaba el mundo...
No lo entendió.

Ahora hállome en este sitio
donde las esperanzas mueren,
donde el cielo es negro
y la bruma encarcela espíritus...
Sola, porque él no me comprendió.

14.03.2011.

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