lunes, 12 de julio de 2010

HEMATEMESIS

Erupta mi sucia boca un poco de su tragedia
inescrutable, cuando el vómito revienta sin esmena,
y triste me deja malherida de vino orgánico;
el que sin querer mancha mis patéticos labios.
Fétidas son las venas ancladas en el influjo de mi marea,
venas ardientes de desgracia, de violencia que acecha
a cuerpo plácido y mente abierta.
Colmenas de vasos rotos, rindiendo el siniestro
de éste inmundo momento en el que siento a mi
influjo sanguíneo metamorfosearse en hematemesis,
mientras me recorre toda para salir de mi cuerpo,
evaporando lo poco que tenía de alegre mi sumo perfecto.
Se desfonda mi interior, ahora expuesto en gotas
nerviosas, que brotan de mí, por mi sucia boca,
que me extinguen y me agotan... Me dejan ermitaña y sola.
Cuán profundo es mi intensificado dolor, seguro que mi hocico
lo sabrá en éste momento; es insuficiente verlo
desde el participio pasado de un vulgar verbo; sencillamente no puedo.
Fatalismo nauseabundo corroe mis vírgenes poros,
me adentra en el yomotsu oscuro. Y yo sólo siento infinita tristeza
por la hematemesis asquerosa que quiebra mi careta a puñetazos.
Porque me golpeó, desbarató mis ilusiones orgánicas y anatomopatólogas
a causa de un sentido celo y recelo.
Erupto los pozos hondos de mi torrente sanguíneo devorado,
porque el vómito llegó con ánimos turbios, erosionándolo todo
sin mantener una sincronía con mi sistema linfático,
sin objetividad y delicadeza;
porque tuve un austero tacto hacia sus imitaciones de
preciosas gemas. Que tanto le afectan... Que tanto le afectan.
Pero mi sangre sigue siendo mía, y aunque la hematemesis
haya sido involuntaria -pobre loca cotidiana-
yo no derramaré una gota de mi vino,
ni de mis vasos sanguíneos maltratados. Porque no es
novedad quedarme sin sonrisa, tampoco que me quiten la vida,
(aún cuando sigo abriendo los ojos y respirando el traicionero aire
que bien y a poco conserva mis triviales días de sentidos escasos).

Siniestra Nostram.

2 comentarios:

  1. Aunque es menos agresivo; este poema me ha recordado a uno que leí, hace ya tiempo de un tal Gottfried Benn. Particularmente a mí no me gusta este estilo. Es lo que hay...

    ResponderEliminar
  2. A veces me sucede que escribo porque no encuentro otra forma de manifestar lo interno en externo sin la ayuda de un cuchillo. Hematemesis sólo fue el resultado de un instante de alto grado de exaltación y furor.
    El mundo es redondo, las artes parecieran ser como el mundo, entonces, qué hermoso es que cada quien tenga sus gustos. Yo respeto y aprecio que no te haya gustado este intento fallido de poema; pero más valoro que me lo hayas notificado.
    Muchas gracias por tu lectura, Anónimo.
    Recibe un gran abrazo.

    ResponderEliminar