lunes, 12 de julio de 2010

Te extraño en la profundidad de mi absoluto mar

Te extraño en la profundidad de mi absoluto mar.
Cuánto te quiero, te anhelo... Y te pienso mientras observo
a las gentes en sus modos, y en su cotidiano caminar;
Te extraño más de mil lunas y doscientos años luz;
hoy necesito uno de tus abrazos... Los que me dabas ausente,
o presente... Ésos que me hacen mesuradamente feliz.

Te extraño en la profundidad de mi absoluto mar.
Acá todo es muy diferente. La vida es plácida, pero ninguno
conoce la palabra amor. No pueden, porque tú eres tú,
porque el cielo infinito de estrellas pertenece a tu jardín;
y por más que ellos quieran, no lograrán desprenderme de ti.

Hoy extraño tus perpetuas sonrisas, tu noble corazón,
tu grandeza y fortaleza venideras, tu verdadero calor.
Necesito presenciar tus gesticulaciones traviesas,
tus momentos sardónicos; pero las horas me queman...
Cada segundo enturbia mi pensamiento y entristezco;
Te extraño en las profudidades de mi absoluto mar.

Siento que mi alma gélida ya va cambiando su color;
¿sabes? He visto cosas nuevas, aprendido otras que tú,
nunca hubieras pensado en que las viera, si quiera;
y éso es algo que me genera un poco de emoción,
pero me quiebra el tiempo, porque no tengo tu calor.

Recuerdo tu genio, tus sonrisas, tus aguantes,
tus chistes inhumanamente insoportables... Crueles.
Recuerdo cuando fui tu mejor satisfacción y tu peor dolor;
las horas en las que te llamé al móvil desesperada,
para regalarte un beso y un abrazo a deshoras, de madrugada,
de tardes o de mañanas, sólo porque necesitaba oir tu voz.

Te extraño tanto que te estoy escribiendo un poema,
mal estructurado deberá ser, mis manos hoy están temblando.
Y colapso, entierro mi cabeza y enloquezco esperando
la próxima llamada, y te recuerdo
una y otra vez... 

Te extraño en la profundidad de mi absoluto mar.
Es lo que hay.

Siniestra Nostram.

No hay comentarios:

Publicar un comentario