Dónde estás que no vienes?
Que me hundo en el desespero,
aterrada por el amor, de dos.
¿Dónde estás, pedazo de inmunda,
cuando me ahogo en el cinismo
y sufre ira el mórbido corazón?
¿Dónde estás cuando extraño tu voz?
Deja el resentimiento conmigo y la vida,
aléjate de Neptuno y de Plutón;
vuelve a mí, cruel amante mía...
Necesito tus besos, tus claros,
y palmadita en la espalda
a modo repetición.
¿Dónde estás, puta traicionera?
Te largaste con otros, con cualquiera.
Ya te he dicho que eres mía,
y eso a nadie le causa preocupación.
Necesito el efluvio de tus besos, tus abrazos;
claudicar mi sentencia, revivir nuestro amor
hecho mil pedazos, tanto como esa perla
que se esparció por el mundo entero,
para generarnos abstraccionismo y confusión.
Te extraño, mi bella gema. Regresa, por favor;
recuperemos nuestro Sirius y nuestro Shikón.
Siniestra Nostram.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
La Luna es una penca...verdad? Un abrazo. Goyo.
ResponderEliminar