lunes, 12 de julio de 2010

IBÍDEM, in æternum est.-

A quo, las marcas pasadas transformaron mi destruído edicto,
y estuve quebrada y sentada en el banquillo, siendo daño emergente,
buscando segunda instancia a cada uno de mis tachados pasos.
Sería irracional que me digas que no me comprendes.

Ab initio, el abandono de destino se generó sin controversia rebelde,
sin anestesia, por estar la obra llena de vicios ocultos que el vendedor
no me expuso -y de muy mala manera-, con sus cínicas reticencias
hizo gala a la bona fides ausente, y al daño inminente de éste.

El magistrado ponente urgido por formular queja, quebró mis garantías
constitucionales, actuando bajo la efímera figura de gestor de cosa absurda;
hundió mis negocios jurídicos recurriendo al término de la novación,
sin previo aviso, sin importarle acaso mi íntegra y supuesta omisión.

Papeletas, somos vulgares papeletas de una lid sin contestación.
El uso se transformó en usucapión, y ahora, aquí estamos,
asediados dentro del organismo de la calumnia fulminante;
siendo partes activas dentro del firmamento de querellas y lapsos.

Tú y yo... Tú y yo.

¿Acaso hundes cada uno de mis delitos porque gozas de capacidad jurídica?
¿Por qué te dejas consumar por un simple acto en el que estás de adherido?
Ad litem, no puedes afianzar mis lazos externos, sean cualesquieras que sean,
por causa y razón de que yo, no he estado incurriendo en abuso de derecho.

No puedes, no...

Papeletas, somos vulgares papeletas de una lid sin contestación.
El uso se transformó en usucapión y ahora, aquí estamos,
asediados dentro de la institución de la confusión, rindiéndonos a la
estúpida acción reflejada en el abstracto libelo, acción de condena en dos.

IBÍDEM.-------------------------------------------------------------------

Siniestra Nostram.

1 comentario:

  1. ¡Oh! Señora nuestra,
    Sirena de la amarga melodía,
    y las causas siniestras;
    eres docta en latines y derecho romano
    donde yo soy profano.
    Sin embargo, en delirios,
    sueños y aventuras;
    donde Pollux y Alhena son primura,
    allí, te doy la mano.

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